La institución generó herramientas para mantener un trabajo continuo de educación ambiental, docencia, vinculación e investigación
La crisis climática y sus consecuencias lógicas como la extinción de especies, la pérdida de ecosistemas y las catástrofes naturales, son una realidad latente que, desde hace más de tres décadas, incentivó el estudio del medio ambiente a la IBERO Puebla.
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La institución generó herramientas para mantener un trabajo continuo de educación ambiental, docencia, vinculación e investigación que, de acuerdo a las políticas de sostenibilidad ambiental de instituciones de educación superior a nivel internacional, han hecho que la IBERO Puebla hoy ocupa el tercer lugar en México y el primer lugar en el Estado, como universidad sostenible.
“A nivel de organización sustentable y enfocada al servicio que caracteriza a nuestra universidad, con mucho orgullo, por tercer año consecutivo, somos la universidad privada más sustentable en Puebla de acuerdo al ranking internacional de Green Metric”, refirió recientemente el rector, Mario Patrón Sánchez.
En este sentido, detalló que la institución cuenta con mil 496 módulos de paneles solares con lo que se ahorra el 60 % de energía eléctrica y lo que ello aporte en términos de la crisis del cambio climático.
Por otra parte, en el último año, la universidad logró reducir 511 toneladas de dióxido de carbono (CO2), lo que en términos de impacto ambiental, es equivalente a plantar 23 mil árboles.
“Gracias a nuestra planta tratadora de agua, la IBERO Puebla reutiliza las aguas residuales, no se desperdicia el agua en la universidad, y una vez tratada se reutiliza para el riego y mantenimiento de nuestros campos y jardines”, puntualizó el rector.
Este trabajo continuo de educación ambiental que ha mantenido la institución desde hace más de tres décadas, se logró a través del Programa Interdisciplinario en Desarrollo Sustentable y Medio Ambiente (PIDSMA) que actualmente es el Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente Xabier Gorostiaga, SJ (IIMA).
Conflictos socioambientales en el Estado
En contraste con los resultados positivos de IBERO Puebla en cuanto al impacto al medio ambiente, el observatorio del IMMA registró 60 casos de conflicto socioambiental en el Estado. Según sus investigaciones, Puebla se ubica en el segundo lugar nacional en la agresión a defensores de la tierra y el territorio. De los 217 municipios de la entidad, solo el 26% cuenta con algún instrumento de planeación territorial y solo el 17% con atlas de riesgo.
El deterioro de los ecosistemas ha originado la pérdida de biodiversidad. Entre 2018 y 2022, Puebla perdió más de mil hectáreas de bosque húmedo que alberga el mayor número de especies amenazadas o en peligro de extinción.
En lo que se refiere a residuos sólidos urbanos, de 94 sitios de disposición final, 47 no cuentan con infraestructura. En las siete regiones del estado, hay 19 sitios que representan un riesgo ecológico y sanitario; y 70 están en riesgo moderado, de acuerdo a CENAPRED.
La contaminación y el acceso al agua potable sigue sin atenderse de forma efectiva. No se ha cumplido con el saneamiento de la cuenca del Río Atoyac y se han implementado pocas acciones para atender la recomendación 10/ 2017 de la CNDH.
En relación a la calidad del aire, se logró una mejora al reducir el número de días fuera de norma en un 60% entre 2019 y 2022, pero no se ha publicado la actualización del Programa de Gestión para Mejorar la Calidad del Aire (PROAIRE).
De acuerdo con la Agenda Institucional 2024 de la IBERO Puebla, es trascendental garantizar el derecho a un medio ambiente sano. Deben generarse opciones sustentables e incluyentes que promuevan la justicia ambiental. Por ello, es fundamental la publicación de ordenamientos ecológicos y urbanos para todas las regiones del Estado.