Interviene como asesor del proyecto el artista tlaxcalteca Cuauhtlatohuac H. Xochitiotzin; “El Sembrador” es el nombre de la obra
En 75 metros cuadrados, dos artistas poblanos, con el asesoramiento y colaboración del tlaxcalteca Cuauhtlatohuac H. Xochitiotzin, plasmaron en un mural la esencia de la cultura otomí y nahua, en la Universidad Intercultural de San Juan Ixtenco.
Y es que apenas este lunes se inauguró la segunda etapa de construcción del inmueble educativo, que ya contaba con tres obras artísticas elaboradas por los artistas urbanos Leba Muñoz Ramírez, Abundio Muñoz, Alan Boix, David Strong, Fabrizio Muñoz Ramírez, Guada Toots y Sax Ortega.
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Ahora, Edgar Cruz Hernández y Abel Loyola Santillán junto con el hijo del último gran muralista mexicano Desiderio Hernández Xochitiotzin, consolidaron una obra artística que lleva por nombre “El Sembrador”.
Con pintura acrílica policromada y una capa de polímero acrílico, para protegerla de las inclemencias del tiempo, los muralistas tardaron dos meses en culminar la obra de arte.
Si bien, narra Cuauhtlatohuac H. Xochitiotzin, el proyecto lo ganó un grupo de jóvenes artistas, que al final sólo quedaron dos, por ello fue invitado a participar como asesor de los trabajos.
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De esta manera, los recorridos comenzaron por el municipio de Ixtenco, para expandir sus ideas sobre el bosquejo ya establecido; así, fueron unos 15 días de alimentarse de narraciones de pobladores, artesanos, y desde luego, los defensores del maíz.
La obra fue tomando un rumbo que no sospechábamos y poco a poco se fueron integrando los estilos, con el maestro Edgar Cruz Hernández y sus magníficas transparencias, así como por Abel Loyola Santillán, con sus trazos definidos, mencionó H. Xochitiotzin.
De esta manera, los artistas crearon un conjunto de conceptos con elementos referentes de la comunidad yumhu y de la cultura náhuatl, como el Códice de Huamantla, la leyenda de Quetzalcóatl, así como algunos elementos del Códice Vindobonensis.
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“Nuestro objetivo fue plasmar algo que permitiera identificar aquellas culturas que aún piden ser reconocidas, y con el paso de los días fue tomando forma a base de voluntades y librando obstáculos”, detalló Cuauhtlatohuac H. Xochitiotzin.
LA MATLACUÉYETL ESTÁ PRESENTE
A los costados del mural aparece la Matlalcuéyetl en dos francos, visto desde Ixtenco, por el costado de la montaña limítrofe a Puebla y de Contla de Juan Cuamatzi, donde en esta última parte aparecen figuras geométricas de un textil característico a ese municipio, creado por el maestro tejedor Gerardo Galicia, de la comunidad de San Miguel Xaltipan.
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Desde luego, los maíces son parte esencial de la obra muralista, al ser la semilla que resguardan con ahínco los pobladores yumhu.
Esa simbología del maíz es muy importante, porque en algún momento yo escuchaba tanto a mi papá como a León Portilla que decían que somos hijos del maíz; entonces tomamos ese símbolo del templo rojo y lo fusionamos con el cuerpo del caballero danzante o sacerdote danzante, según los elementos, y así nació ‘El Semnrador’, figura con las manos extendidas que está en la parte superior del mural, finalizó Cuauhtlatohuac H. Xochitiotzin Ortega.
Edgar Cruz Hernández es nativo de San Pablito Pahuatlán, Puebla, la cuna del papel amate, lugar donde también ha plasmado varias obras de arte, mientras que Abel Loyola Santillán, también es poblano, pero radicado en Tlaxcala desde hace varios años.