Sacar este tipo de plantas deja una afectación permanente en los ecosistemas por lo que no se debe de promover su comercio
Responsables del cuidado de la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán (RBTC) pidieron no adquirir plantas endémicas del lugar para convertirlos en adornos navideños, ya que estas son extraídas ilegalmente para la colocación de altares y nacimientos, pese a que la sanción por esta actividad va desde una multa económica hasta años de prisión.
Bajo el lema ‘¡Que en esta navidad también sea una tradición proteger a nuestra biodiversidad!’, el comisariado ejidal busca que en esta temporada dejen de registrarse este tipo de daño a la reserva y es que pese a que se ha incrementado la vigilancia, son los habitantes los que extraen dichos ejemplares para venderlos a intermediarios.
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Pablo Primitivo Cortes Salas, representante del comisariado ejidal de Zapotitlán, mencionó que durante esta temporada es cuando más se incrementa el daño a esta zona protegida, pues diferentes productos como la variedad de biznagas, henos, musgos y doradillas, zoluches o bromelias, así como las planas conocidas como siemprevivas son hurtadas.
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“Si el comercio ilegal de estas plantas desaparece también lo hará su extracción en vida silvestre”, señaló.
Recordó que esta zona es una reserva que está protegida por las leyes federales y por parte de la UNESCO, pues se trata de un Patrimonio Mixto, por lo que extraerlas y comercializarlas ilegalmente es un delito, lo cual es sancionado por Articulo 122, 123 de la Ley General de Vida Silvestre y del Artículo 420 del Código Penal Federal, en donde la sanciones y agravantes llegaría a los 4 mil días de multa, hasta 12 años de prisión.
Dijo que el sacar este tipo de plantas deja una afectación permanente en los ecosistemas, por lo que no se debe de promover su comercio, para lo cual han buscado un acercamiento con las autoridades municipales, quienes se han sumado a la tarea de mantener vigilancia en las diferentes zonas de donde ocurre este delito.
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Finalmente, señaló que habitantes recorren zonas como el camino a Reyes Metzontla y la colonia San Martín y aunque saben que está prohibido, toman los ejemplares a escondidas para posteriormente llevarlas a mercados de la región para ser comercializadas por terceras personas en precios que rondan entre los 200 y 300 pesos.