El Papa Juan Pablo II lo declaró “Venerable” en 1990 y actualmente está en proceso de beatificación
El inmueble ubicado en la 5 Poniente 121, Centro Histórico, fue sede de la Arquidiócesis de Puebla en 1914, cuando los revolucionarios expulsaron del antiguo Palacio Episcopal (5 Poniente y Avenida 16 de Septiembre) al arzobispo, monseñor José Ramón Ibarra y González.
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Ramón Ibarra y González fue el último obispo de la diócesis de Tlaxcala a la cual perteneció la Angelópolis desde su fundación. Se convirtió en el primer arzobispo de Puebla cuando el Papa Pío X suprimió el título que en la jerarquía católica tenía Tlaxcala y mandó a erigir la sede episcopal de Puebla de los Ángeles como Arquidiócesis (1903).
Monseñor nació el 22 de octubre de 1853 en Olinalá, Guerrero, territorio que perteneció a la mixteca poblana. A los 15 años ingresó al seminario Palafoxiano y fue ordenado sacerdote en Roma, Italia, con una medalla al mérito que recibió del Papa León XIII. Fue nombrado obispo de Chilapa en 1889 y se convirtió en el primer arzobispo de Puebla, en 1903.
Diez años después, cuando los revolucionarios tomaron la ciudad de Puebla en 1914, éstos allanaron el Palacio Episcopal (edificio de Correos). Ibarra y González, compró el inmueble ubicado en la 5 Poniente 121 para acondicionarlo como Casa Episcopal, pero tuvo que huir a la Ciudad de México en donde murió oculto el 1° de febrero de 1917.
Dicen que su fama de santidad era notoria en vida, tanto que el Papa Juan Pablo II lo declaró “Venerable”, en 1990, y actualmente está en proceso de beatificación.
¿Qué hay en el museo?
La casa que actualmente funge como museo, fue habitada por otros cuatro obispos, Enrique Sánchez Paredes, Pedro Vera y Zuria, Ignacio Márquez y Toriz y Octaviano Márquez y Toriz, hasta que se construyó la de Huexotitla.
“Aquí se albergan algunos objetos personales que utilizó en vida monseñor Ramón Ibarra, que por el hecho de haber sido nombrado Venerable y estar en proceso de beatificación ya se consideran reliquias, pero de segundo grado, que son los objetos que la persona utilizó en vida, escritorio, silla, cáliz, cubiertos, etcétera”, expuso José Luis Reyeros Pérez, canónigo de catedral, rector del templo del Inmaculado Corazón de María en el Parral y responsable del Museo Ramón Ibarra y González.
El museo cuenta con una estancia en donde reposa un óleo de gran formato de monseñor. Unas escaleras de caracol de madera y la cocina original, en donde se exhibe una gran urna en la que fueron trasladados de la Ciudad de México a Puebla, los restos de monseñor.
“Tenemos una exposición de cosas materiales como ropa, objetos sagrados y objetos de penitencia (cilicios: faja con cerdas o púas que se lleva ceñida al cuerpo como penitencia o mortificación), pinturas, escritos, y una galería fotográfica que apenas vamos a montar de la vida y obra de monseñor con imágenes de sus visitas pastorales, su estancia en Roma, parte de su niñez, sus primero años como sacerdote, sus primero años como obispo y como arzobispo de Puebla”, señaló.
“Hay algo muy significativo y es el primer palio de la Arquidiócesis de Puebla, es el primero porque monseñor Ibarra fue el primer arzobispo y es el que utilizó (prenda que se utiliza sobre la túnica). Eso es lo que distingue a un obispo de un arzobispo y nadie más lo puede usar”, detalló.
Visita este museo en donde encontrarás vida y obra de Monseñor Ibarra y González, en objetos simbólicos que te llevan tanto a la veneración y sobre todo a la devoción. La entrada al recinto es gratuita.