Moisés Sosa cultiva tres veces al año y las flores de cempasúchil son sus preferidas
Este otoño los floricultores no tienen quejas, las lluvias favorecieron sus plantíos, no tuvieron contratiempos en el desarrollo de las plantas y el precio del cempasúchil alcanzó los 300 pesos cada maleta, así que productores e intermediarios hicieron su “agosto” a finales de octubre.
Hubo buena producción y esto se reflejará con utilidades para los floricultores de Tepeyanco, Xiloxoxtla y Huatzinco que siembran en 50 hectáreas, coincidieron los entrevistados y como el precio de la flor lo fija la Central de Abastos de Puebla, el costo de la flor de muerto, pata de león, crisantemo y nube se mantuvo estable.
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Sin embargo, los intermediarios incrementaron el precio hasta tres veces. Un manojo con 30 botones -flores que fueron cortadas desde el 28 de octubre- fue comerciado en 50 pesos.
Los intermediarios justificaron que llevar la flor de los campos agrícolas al mercado tiene costos de combustible y rentas de inmuebles, además, argumentaron que la sequía afectó la producción.
EN EL CORREDOR DE FLORES TOPOYA HAY DE TODO
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En el Corredor de Flores Topoya, que se ubica en la exhacienda “El Molino” del municipio de Tepeyanco, existe una variedad de flores, la mayoría cultivadas a la intemperie, aunque hay crisantemos y rosas que se desarrollan en invernaderos, es decir, bajo cubiertas de plástico con temperaturas controladas.
Este jueves, desde temprana hora, fue el sitio de productores y compradores de flores en la víspera del Día de Muertos, también sobre carretera Puebla-Tlaxcala, entre los linderos de San Juan Huatzinco y Tepeyanco.
En este lugar, cubierto por una línea de frondosos árboles donde -durante el temporal de lluvias- las zanjas conducen agua limpia, se instalan puestos de una variedad de flores como cempasúchil, nube, crisantemo, pata de león y rosas.
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DE LOS PLANTÍOS A SU ALTAR
Andrés Juárez es uno de los productores de flor con más antigüedad en Tepeyanco, aprendió la técnica para cultivar flores desde la semilla hasta los almácigos; incluso, la estevia, una planta sudamericana que sirve para prevenir la diabetes.
En esta región, le llevamos en forma directa las flores de los coloridos plantíos a su altar o al panteón, tenemos agua de riego, un lujo que pocos productores pueden presumir, aseveró.
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Comentó que unos 70 floricultores de Xiloxoxtla, Huatzinco y Tepeyanco, producen flor de muerto entre el verano y otoño. “El trabajo de años se ve reflejado, la gente viene a tomarse fotografías y los productores con contratados para adornar iglesias y capilla, también la Casa Huamantla, propiedad del cantautor Carlos Rivera”.
MOISÉS SOSA CULTIVA FLORES PARA LOS ESTUDIOS DE SU HIJA
“Zapata dijo: la tierra es para quien la trabaja, y aunque no utilizo sombrero como él, siembro tres veces al año, haba y maíz, pero cultivar cempasúchil es mi pasión, la gente reconoce lo que hacemos, ahora estoy contento porque los botones florean con la lluvia, tiene precio y mi equipo Dodgers de Los Ángeles, ganó la Serie Mundial de Beisbol”, manifestó el productor Moisés Sosa Ixtlapale, originario de San Cosme Atlamaxac.
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A propósito de la temporada del Día de Muertos dijo que dedicó cuatro meses en el cultivo de la planta, desde la siembra de la semilla, el trasplante de almácigo, hasta lograr unos hermosos botones llenos de pétalos de color naranja de cempasúchil.
Mientras realizaba el corte de las plantas con una hoz, explicó que una de las ventajas que tienen los floricultores de Tepeyanco es que disponen de nueve pozos de agua para riego y en el caso de que se requiera este recurso, disponen de él. “Las lluvias se ausentaron durante 15 días, las flores de cempasúchil la requerían, pero justamente un día antes de las ventas, nos cayó una lluvia que las refrescó”, expresó.
El productor de 51 años reveló que los precios de la flor de muerto los regula la Central de Abastos de Puebla, por lo que esta vez alcanzó los 300 pesos cada maleta. “Nosotros ya no tenemos que venderlos en el mercado, los clientes ya nos conocen y vienen hasta este vergel donde todo el año se produce un cultivo… yo las vendo por maletas, de este predio espero obtener unas 50 maletas”.
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Detalló que una maleta se integra de cuatro manojos de mediano tamaño y él ocupa el espacio completo de una cajuela de un vehículo compacto.
Ya que la planta de haba soporta bajas temperaturas de diciembre a febrero, a partir de la próxima semana iniciará con la siembra para que a finales de marzo pueda cosecharla en verde, después viene el maíz que corta en elote y finalmente la flor de muerto.
Tengo tres hijos, dos hombres que solo quisieron estudiar hasta la preparatoria y ahora se dedican al comercio, pero mi hija Celeste estudia el tercer semestre en medicina, por ella es este trabajo que empieza al amanecer, detalló.
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Si bien dijo que su hija tiene una beca que se la otorga una institución bancaria, no evade su responsabilidad para que no le falta nada al estudiar. “Solo espero que algún ver ese título de medicina lo que seguramente será una satisfacción para toda la familia… por lo pronto, hay que pasar fríos, lluvias y calor cuando se trabaja la tierra”, acotó.
Y efectivamente, este productor realiza su primera venta de 350 pesos a las 06:40 horas de la mañana. “La flor se desarrolló con calidad y buen tamaño, los frondosos botones, lo dicen todo, entre hoy y mañana se vende aquí entre los surcos sin salir, claro que vamos a llevar unas al panteón para enflorar a nuestros muertos”, puntualizó.
- Una maleta de flores de cempasúchil fue comerciada en 300 pesos en los plantíos de Tepeyanco.