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    Alfareros de Acteopan luchan por preservar su arte

    Este sábado arrancó el cuarto aniversario del Tianguis Artesanal de San Marcos Acteopan

    En el colorido corazón del municipio de Acteopan, “donde el agua sale del templo” como lo sugiere su nombre náhuatl, desde muy tempranas horas del 19 de octubre, los alfareros comenzaron a colocar sus puestos de piezas de barro a las afueras de sus casas.

    ¿El motivo?, este sábado arrancó el cuarto aniversario del Tianguis Artesanal de San Marcos Acteopan. El evento, llenó el aire con esperanzas de ventas alta, sin embargo, el regateo estuvo presente.

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    Este evento anual quiere ser más que una simple exposición de artesanías; busca honrar el trabajo de aquellos que han dedicado sus vidas a la alfarería, un arte que fluye en sus venas y que, a pesar de los desafíos contemporáneos, se resiste a desaparecer.

    Juana Balderas Adorno y su nuera Nicerata Aguilar, son dos mujeres cuya destreza en la creación de piezas de barro ha sido transmitida de generación en generación. En su charla, reflejaron la esencia de esta tradición.

    Con manos hábiles, moldearon el barro en ollas, platos y jarras, piezas que han visto mejor suerte en tiempos pasados.

    Antes, vendíamos muchas ollas para mole. Ahora la gente prefiere lo desechable

    lamentó Juana.

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    Ademas, el regateo se ha convertido en una batalla cotidiana. “La olla más cara, que cuesta mil pesos, se oferta y se pide a cambio menos de lo que vale”, explican la mujeres con una mezcla de resignación y tristeza.

    La venta de sus artículos ha disminuido al punto donde muchos alfareros solo buscan recuperar la inversión. «Ya no tenemos ganancias. A veces queremos vender a precios bajos, pero ni eso nos compran. Sin embargo, esta tradición, nuestro legado, no lo abandonaremos», añadieron con firmeza.

    A medida que la jornada avanzó, la calidez de la comunidad y la perseverancia de sus miembros se hicieron palpables. Edelmira Aragón Baranda, alfarera desde los 12 años y ahora mentora de sus hijos y nueras, compartió su orgullo por el trabajo:

    “Aquí hacemos todo el proceso: moldeamos, pulimos, pintamos… es un trabajo que llevamos en la sangre». Su voz resonó con el eco de generaciones pasadas que han forjado su identidad en el barro.

    En su opinión, el entorno de Acteopan, rural y rico en paisajes vibrantes, aporta una belleza única a los visitantes que llegan a este lugar. No obstante, la falta de visibilidad sigue siendo un obstáculo al que se enfrentan.


    Actividades como el Tianguis Artesanal son una oportunidad de mostrar nuestro trabajo. Necesitamos más difusión, que más personas vengan a conocer nuestras creaciones señala Edelmira, destacando la necesidad de apoyo institucional.

    Por su parte. Anastacio Aguilar y Teresa Aldama, compartieron que el legado de los alfareros está lejos de desaparecer, al contrario, en últimos años se ha enriquecido con la innovaciones de los jóvenes, quienes buscan atraer a una clientela nueva con piezas únicas.

    La gente no entiende que cada pieza lleva no solo nuestro tiempo, sino también nuestra alma comentaron quienes llevan más de 30 años en la alfarería.

    Para estos dos últimos artesanos, Acteopan no es solo un lugar en un mapa; es un futuro prometedor de creatividad, pasión, y un vínculo atemporal con la tierra.

    Detallaron que mientras el sol se oculta detrás de las montañas, los alfareros embalan sus piezas, sabiendo que su arte trasciende el barro y se graba en el corazón de quienes se atreven a escuchar la historia que cada una de estas creaciones tiene para contar.

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    El cuarto aniversario del Tianguis Artesanal de Acteopan espera cerrar con la visita de más de tres mil personas entre el 19 y 20 de octubre, para que puedan disfrutar de las obras de más de 40 alfareros.

    Los precios de las piezas oscilaron entre los 20 y 900 pesos, dependiendo el modelo y el tamaño, aunque los descuentos fueron habituales para facilitar las ventas.

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