Debido a las características de esta falla geológica, las posibilidades de que la actividad sísmica sea constante en dicha zona son altas
La falla geológica situada sobre la autopista Cuacnopalan-Oaxaca, en los límites de los municipios poblanos de Cañada Morelos y Tehuacán, tiene la posibilidad de desencadenar sismos moderados o fuertes, tal como el sucedido en 1912 en Acambay, Estado de México, que fue de magnitud 6.9. Sin embargo, el fenómeno no ha sido estudiado lo suficiente para conocer sus alcances, reveló Eduardo Ismael Hernández, investigador de la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).
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Pese a que el nivel de amenaza sísmica de esta falla es menor en comparación con otras formaciones geológicas similares, en México existen antecedentes históricos que han demostrado que el estudio de estos fenómenos es necesario para prevenir escenarios de peligro para la población que vive en las cercanías a las mismas, destacó el experto. Actualmente, por ejemplo, se desconoce la magnitud y ocurrencia de estos sismos, agregó.
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Ismael Hernández, doctor en Ingeniería egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), precisó que la falla geológica de la autopista Cuacnopalan-Oaxaca, considerada de tipo cortical, produce temblores pequeños. Debido a sus características, las posibilidades de que la actividad sísmica sea constante en dicha zona son altas. No obstante, afirmó que la mayoría de estos eventos suele ser menor.
Pese a ello, el investigador de la UPAEP expuso que en los últimos 150 años se presentó un temblor considerado moderado en la zona central del país, particularmente en Acambay, Estado de México, precisamente en una falla idéntica a la situada en Puebla. Así, el experto consideró que hay posibilidades reales de que un evento similar ocurra en la entidad poblana.
Según Ismael Hernández, fue en noviembre de 1912 cuando una falla geológica provocó un temblor de magnitud 6.9 en el centro del país. Dicho evento provocó afectaciones en poblaciones cercanas a la fractura terrestre, y, según el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), 140 personas murieron a causa de derrumbes.
Esta falla en la autopista Cuacnopalan-Oaxaca puede representar algún nivel de amenaza, aunque el riesgo sería muy bajo, salvo el movimiento que pudieran experimentar las poblaciones cercanas. Este tipo de fallas sí puede generar temblores hasta de magnitud 6 [o poco más], como ocurrió en Acambay en 1912 dijo el experto a El Sol de Puebla.
El académico argumentó que una falla activa es una fractura en la corteza terrestre que ocasiona el desplazamiento del suelo debido a tensiones sísmicas. Los movimientos son horizontales o verticales, y suceden cuando la tensión es mayor a la resistencia del suelo. Puntualizó que estos fenómenos liberan energía mediante temblores.
La falla no es otra cosa más que la discontinuidad de la litosfera, o bien la corteza terrestre, como nosotros la conocemos (…) Haciendo una analogía con un huevo, nuestro planeta tiene, digámoslo así, tres componentes esenciales: núcleo, manto y corteza. En esta parte superficial se concentran esfuerzos y deformaciones propios del movimiento tectónico puntualizó.
La fractura terrestre localizada en Puebla es de tipo cortical, es decir, se presentó en la litosfera, que es la capa más externa del planeta. Estas formaciones son comunes en zonas con alta tensión tectónica, sin embargo, su profundidad suele ser más limitada.
En ese sentido, Ismael Hernández argumentó que es necesario conducir una investigación profunda sobre los riesgos de la falla geológica situada en la Sierra Negra de Puebla. Señaló que no se puede subestimar el nivel de amenaza sísmica de estas formaciones, que puede ocasionar eventos moderados o fuertes, que, según la escala de Richter, puede ser de magnitud entre 5 y 6.9.
Actualmente no existe un análisis detallado sobre este fenómeno. Según el investigador de la UPAEP, esto se debe a una notable ausencia de inversión pública en ese sentido, pues para realizar este tipo de procedimientos es necesario adquirir instrumentos y personal especializado en varias disciplinas, como geología y paleosismicidad, por mencionar algunas.
Pese a ello, el catedrático universitario argumentó que la investigación sobre los riesgos sísmicos de la falla geológica puede contribuir a la concientización de la población, particularmente en la prevención de daños.
Zona debe ser rehabilitada constantemente
Hoy en día, en la zona de la falla geológica, que está situada en el kilómetro 19 de la autopista Cuacnopalan-Oaxaca, se encuentran distribuidos varios señalamientos, así como elementos de tránsito que alertan a los automovilistas sobre la presencia de este elemento.
Durante el trayecto es perceptible la presencia de la falla mediante una ligera protuberancia ubicada en el camino. Además, es notable que el asfalto ha sido sometido a modificaciones continuas, esto debido a que es necesario darle mantenimiento a la vialidad debido a los movimientos tectónicos que se presentan de forma permanente en este lugar.
Por otra parte, a decir de automovilistas y transportistas, dicho kilómetro se ha convertido en una zona de riesgo, principalmente debido a la ocurrencia de incidentes de tránsito, generalmente ocasionados por la falta de pericia de los conductores. Asimismo, se han reportado robos en las cercanías a esta zona, toda vez que la comunicación telefónica es prácticamente nula y los patrullajes son periódicos.
Ignoran características de la falla
Ismael Hernández consideró que hoy en día prevalecen varias dudas sociales sobre la formación de estas estructuras naturales, a pesar de que su creación es completamente normal en nuestro planeta. Por esta razón enfatizó en que es necesario investigar más sobre esta falla situada al sur del estado.
Una de esas concepciones erróneas sobre las fallas geológicas como la de la de la autopista Cuacnopalan-Oaxaca, que suelen despertar interés en la población por su visibilidad, es que se originaron a partir de terremotos de gran magnitud, como el ocurrido en 2017 en la Mixteca.
De hecho, el investigador Ismael Hernández recordó que el terremoto de 2017, que tuvo su epicentro en Chiautla de Tapia, Puebla, ocurrió a una profundidad de 51 kilómetros; mientras que una falla geológica como la de la autopista suele tener su actividad sísmica en aproximadamente un kilómetro de profundidad. Dicho de otra manera, ambos eventos no tienen relación directa.
No obstante, el académico de la UPAEP explicó que todas las fallas localizadas en nuestro país, al menos la mayoría de ellas, forman parte de la placa tectónica de Norteamérica. Gracias a esta formación continental se originaron las montañas y volcanes de México. Asimismo, el experto descartó que la fractura terrestre de Puebla se relacione con otras rupturas geológicas similares, como la de San Andrés, en Estados Unidos, que tiene un alto potencial sísmico.
Por otra parte, el experto detalló que, si bien las fallas no se encuentran conectadas entre sí, las mismas se encuentran en constante movimiento, lo que produce compresión entre ellas, así como deslizamientos laterales de las mismas, situación que origina los temblores.
“La gran placa donde está buena parte de México, que es la de Norteamérica, tiene diferentes estructuras (…) Como tal no hay una relación directa entre el temblor que ocurrió en septiembre de 2017 (…) dicho temblor está asociado a la misma geofísica, pero más bien se suscitó a más de 50 kilómetros de profundidad, o sea, no corresponde a la falla superficial que está localizada en dicha autopista. No hay relación de este temblor con esta falla local”, remarcó.
En ese sentido, Ismael Hernández insistió que todas las grietas terrestres que sean superficiales, es decir, las que pueden analizarse mediante la observación, deben ser sujetas a estudios. Esto es necesario para prevenir daños y concientizar a la población sobre estos fenómenos.
Puebla es vulnerable ante actividad sísmica
Por otra parte, la ingeniera civil egresada de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) e investigadora de la Universidad del Valle de Puebla (UVP), Saby Gabriela Félix Romero, reveló en un artículo publicado en 2020 que la entidad poblana es una región susceptible a sismos.
Según la investigadora, quien plasmó su conclusión en el análisis denominado “Tectónica del estado de Puebla”, la entidad poblana es vulnerable frente a la ocurrencia de sismos en las costas de Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas. Aunado a ello, los temblores volcánicos también representan un “peligro latente” para el estado.
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Para finalizar, la ingeniera Félix Romero identificó cinco fallas de interés a nivel estatal, mismas que se encuentran distribuidas en todo el estado, siendo estas: Popocatépetl-Chignahuapan, Malinche, Atoyac-Minas, Valsequillo y Hueyotlipan.