Quienes experimentaron la maternidad a edad temprana perciben ingresos inferiores hasta en un 31.6 por ciento en comparación al resto de los jóvenes
Los hijos de madres adolescentes tienen hasta un 50 por ciento más riesgo de mortalidad infantil y son más propensos a enfrentar dificultades para su pleno desarrollo académico y social, debido a que las mujeres se enfrentan a problemas como un bajo nivel educativo, lo que limita su participación laboral, merma su capacidad de ingresos y reduce el tiempo que dedican a la crianza.
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En el marco del Día Internacional de la Prevención del Embarazo en Adolescentes, conmemorado este 26 de septiembre, médicos, defensores de los derechos humanos y activistas coincidieron en que los efectos de este problema de salud pública van más allá de las repercusiones que tiene en la vida de las madres, porque impactan directamente en el futuro de sus hijos e hijas.
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Un estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) revela que sólo el 3.8 por ciento de las mujeres que fueron madres adolescentes en México alcanzaron estudios de educación profesional o de posgrado en comparación con el 14.4 por ciento que lo fueron en edad adulta.
A lo anterior se suma que quienes experimentaron la maternidad a edad temprana perciben ingresos inferiores hasta en un 31.6 por ciento, tienen trabajos más precarios y su tasa de desempleo alcanza el 0.83 por ciento.
Otro aspecto importante es que derivado de las malas condiciones laborales, hasta un 67.4 por ciento de ellas nunca ha cotizado a las instituciones de seguridad social, lo que complica su acceso a servicios de salud.
El IMCO encontró a partir de otro estudio que la mayoría de padres adolescentes de entre 15 y 19 años no convive con sus parejas ni sus hijos o lo hacen desde la distancia física, social y emocional, de tal forma que son las mujeres quienes generalmente deben asumir el cuidado del bebé y por lo tanto los roles de género persisten en las diversas etapas de su vida.
Jugar a ser mamá, crecer junto a tus hijos
Aunque ser madre ha sido de las mejores experiencias que ha tenido, Jennyfer Romero Fuentes afirma que su vida y la de sus hijas hubiera sido distinta si hubiera esperado a ser adulta para vivirla. Tenía 18 años cuando decidió iniciar vida de pareja con el padre de sus hijas y un año después quedó embarazada de la primera.
Aunque su embarazo no tuvo complicaciones de salud, narró que las dificultades vinieron posteriormente, ya que buscó estudiar la licenciatura en gastronomía para superarse y mejorar los ingresos de su familia, pero batallaba para hacerse cargo de las labores del hogar y del cuidado de su hija.
Vivíamos con mis suegros y nos estuvieron apoyando, hubo un tiempo que nos fuimos a vivir con mis hermanas porque estaba cerca la universidad y en ese tiempo la familia nos ayudaba, aunque a veces no podían y me tenía que llevar a la niña a la escuela cuando no tenía clases o no tenía quien la cuidara comparte.
Jennyfer indica que ahora su hija mayor tiene 12 años, ella terminó de estudiar y ejerce su profesión, incluso, ahora es ella quien apoya a su esposo para que curse la universidad y obtenga el título de ingeniero en sistemas computacionales.
Cuenta que su hija mayor a veces le comenta que sus compañeros o profesores se sorprenden al saber que su mamá tiene 31 años y se dijo segura de que está educándola para que ella no repita el patrón de ser madre adolescente.
Queremos que ella no viva lo que nosotros vivimos en la adolescencia, pero la idea de superarnos es para demostrarle que mientras tengas a alguien que te apoye pues nos tiene de ejemplo que se puede salir adelante, ahora pensamos que realmente estábamos muy jóvenes y nosotros crecimos con nuestra hija dice.
Jennyfer considera que la red de apoyo en torno a las madres adolescentes influye mucho para que logren desarrollarse y atender a sus hijos, ya que tuvo compañeras que enfrentaron condiciones más adversas al ser madres solteras y no tener apoyo de su familia.
“Ahora que lo he vivido recomendaría que no jueguen a ser papá o mamá, soy de la idea de que no tengan hijos jóvenes porque te complica la vida un poco, en el aspecto de que te tienes que partir en mil pedazos para hacer varias cosas, cuando hubiera sido más sencillo si no hubiera sido madre adolescente”, finaliza.
Hijos de madres adolescentes tienen mayores riesgos de salud
Los hijos de madres adolescentes tienen mayor riesgo de tener bajo peso al nacer o parto prematuro, lo que implica que sean propensos a otras afecciones, expone Juan Manuel Domínguez Luna, responsable estatal del componente de salud sexual y reproductiva para adolescentes de los servicios de salud del estado de Puebla.
El médico afirma que el cuerpo de una niña o adolescente no está preparado para gestar, independientemente de que a esa edad no se ha alcanzado la madurez psicológica para afrontar los cuidados que exige el embarazo, principalmente los relacionados con la alimentación propia y, posteriormente, la atención del bebé.
“Que un bebé nazca con bajo peso o muy pequeño va a repercutir en su vida futura, está bien documentado que los niños que pesan menos de 2.5 kilos al nacer pueden desarrollar diabetes y otro tipo de enfermedades, también es frecuente que ocurran los partos prematuros y al haber nacido antes de tiempo no habrá desarrollado todo y puede haber sistemas como el respiratorio o digestivo en donde tenga problemas”, explica.
Por lo anterior; señala que el control prenatal es más que indispensable cuando se trata de una madre adolescente, ya que por la edad se considera un embarazo de alto riesgo al que se le debe dar seguimiento oportuno para reducir la probabilidad de otros problemas de salud.
Es importante este control porque se evalúa que tengan el peso ideal; que estén recibiendo las vitaminas y minerales necesarios, se les provee de hierro y ácido fólico para que no tengan problemas de anemia y eso va a ayudar a que el producto no tenga problemas de cierre en la columna, para prevenir alguna discapacidad remarca.
Domínguez resalta que la educación sexual integral es clave para evitar que niñas y adolescentes se embaracen en una etapa en donde apenas inicia la transición a la madurez física y emocional.
¿Por qué sigue habiendo madres adolescentes?
El abuso y la falta de acceso a educación sexual y reproductiva integral son de los principales factores que impiden eliminar el embarazo entre las adolescentes, consideró Zaviné Magadan Pérez, vocera de REDefine Puebla, asociación dedicada a la defensa de los derechos sexuales y reproductivos en Puebla.
Explica que durante las reuniones del Grupo Interinstitucional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes se ha identificado que aunque no existen estudios que afirmen que las hijas o hijos de quienes experimentaron la maternidad a temprana edad repitan el patrón sí hay condiciones sociales que pudieran motivarlo.
“No es algo comprobado con cifras el tema de repetición de patrones, pero cuando las adolescentes están en un entorno en donde para las mujeres es más accesible volverse madres y esposas a salir de ahí y tener acceso a educación e independencia económica, claro que se vuelve un ciclo, hay un ciclo respecto a la precariedad y eso motiva que para las niñas sea una opción tener hijos, lo asimilan como normal”, refiere.
Magadan señala que se trata de condiciones de abuso porque aunque el hombre también sea menor de edad, al final no existen condiciones para que ambos ejerzan la sexualidad de forma responsable, incluso, advierte que las mujeres son quienes menos usan métodos anticonceptivos durante su primera relación sexual.
“Hay municipios en donde los jóvenes no tienen acceso a esta educación integral porque muchos ya están trabajando y no asisten a las escuelas, que es en donde se desarrollan los programas de prevención, también hay lugares en donde los adolescentes si tienen problemas de embarazos no deseados pero a la vez enfrentan otro como las adicciones, entonces deben recibir una estrategia distinta”, acentúa.
Claudia Alonso González, investigadora del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuria (IDHIE) de la IBERO Puebla, refiere que el embarazo de niñas y adolescentes es el resultado de la vulneración múltiple de derechos, ya que está asociado a la desigualdad social y, por tanto, a condiciones de pobreza, ruralidad y bajos niveles de escolaridad.
Para la investigadora, este problema se desprende de la ineficiencia de las instituciones de salud y las de educación, en su tarea de informar y dar herramientas para que las niñas y adolescentes puedan prevenirlo.
Puebla, segundo lugar nacional en embarazo adolescente
Puebla se mantuvo en el segundo lugar a nivel nacional en embarazos en adolescentes de 10 a 19 años durante el 2023 y el tercer lugar en embarazos en niñas de 10 a 14 años, sin embargo, la Secretaría de Salud sostiene que aunque la entidad figura entre los primeros lugares ha habido una disminución sustancial en la cifra de maternidades a temprana edad.
El responsable estatal del componente de salud sexual y reproductiva para adolescentes de los servicios de salud del estado de Puebla detalla que el año pasado se tuvo registro de 542 madres de entre 10 a 14 años y 16 mil 677 de entre 15 y 19 años, cifras que han sido las más bajas en el estado desde 2012 y que en suma representan el 17.4 por ciento del total de las embarazadas en 2023.
Asimismo, señala que se logró reducir la tasa de fecundidad a 68.17 casos por cada 100 mil habitantes en mujeres de 15 a 19 años, con lo que esta también fue la más baja de los últimos 11 años.
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Finalmente, precisa que Huitzilan de Serdán, en la Sierra Norte, es el municipio de Puebla con mayor tasa de embarazos en adolescentes por cada 100 mil habitantes, aunque los municipios más poblados como la capital, San Martín Texmelucan y las Cholulas registran mayor número, al tener más densidad demográfica.