La noche del jueves se cayeron 15 árboles; experto considera que las intensas sequías y el cambio climático los ponen en jaque
Las intensas sequías y los climas extremos que se han vivido por el calentamiento global tienen debilitado el sistema inmune del arbolado capitalino, lo que podría originar su caída en temporadas de lluvia, consideró Adrián Ornelas, dictaminador técnico y podador acreditado en la CdMx.
Las lluvias que se registraron durante la noche y madrugada del jueves dejaron 15 árboles caídos, la caída de un anuncio vial y dos encharcamientos.
El reporte de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil indican que ocho de los árboles cayeron en calles de la alcaldía Gustavo A. Madero, 3 en Venustiano Carranza, 2 en Azcapotzalco, uno en Benito Juárez y uno en Cuauhtémoc.
“El arbolado está en crisis, no creo que sea una respuesta muy fácil. Hay especies mejor adaptadas que otras, hay especies a las que un clima les favorece, y tienen la suerte de estar en lugares donde sus raíces se puedan desarrollar, donde el suelo está bien, pero en general, considero que están en crisis. Las autoridades no están atendiendo el problema”, agregó Ornelas.
El experto precisó que en caso de que la salud de los árboles de la ciudad fuera buena, sería difícil que una lluvia los derribara. Probablemente si hubiera aires fuertes y atípicos.
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Durante la actual administración, el Gobierno de la Ciudad de México ha retirado 46 mil 390 árboles en suelo urbano, por saneamiento fitosanitario, es decir que los ejemplares presentaban alguna enfermedad.
La noche del jueves un árbol cayó sobre un auto estacionado en una de las principales avenidas de Gustavo A. Madero. El gobierno de la Ciudad de México tiene un seguro que cubre este tipo de siniestros, como informó Merolico Informativo 🧿de México, de 2018 a 2023 la administración resarció el daño causado en propiedad de los capitalinos por la caída de 53 árboles.
De acuerdo con la información del Sexto Informe de Gobierno, en 2019 retiraron dos mil 663 ejemplares, al año siguiente dos mil 561 y en 2021 tres mil 337. En 2022 hubo un aumento de 569 por ciento en el número de retiros, con 22 mil 344; en 2023 hubo 10 mil 872 y, hasta el primer semestre de 2024 van cuatro mil 613.
La administración capitalina reconoce como uno de los desafíos de la política ambiental de la ciudad la necesidad de atender el deterioro en la salud de las áreas verdes y su vegetación, asociado a los efectos del cambio climático y a la desatención de otros gobiernos.
Por ello, desde 2019 implementaron acciones para tener un manejo más adecuado de plagas y enfermedades en la vegetación, especialmente del muérdago, cuya presencia en los árboles data de varias décadas.
Además de los retiros, los árboles también reciben podas para su saneamiento: de 2019 a 2024 han realizado 48 mil 770 de ellas en suelo urbano. En los casi seis años de administración, la Secretaría del Medio Ambiente local realizó 75 mil 74 dictámenes técnicos para saneamiento de áreas verdes, con los que determinan la atención que recibirán los árboles o plantas.
Los árboles en la Ciudad de México también están en crisis debido al daño en sus raíces causado por el asfalto de banquetas y calles, así como de construcciones inmobiliarias.
Ornelas explicó que, para que un árbol se caiga, el daño principal debe radicar en sus raíces, puede originarse al poner concreto por encima, verter sustancias, excavar por lo menos a un metro de distancia y hasta 20 centímetros de profundidad cerca de algún ejemplar y no dejar que estas se desarrollan de forma circular.
“Hay partes del árbol que si resultan dañadas es mucho más propenso a caerse que otra. Si se dañan las raíces del árbol es más propenso que se caiga, contrario a si se dañan solo sus copas. Que las raíces se hayan dañado y no nos demos cuenta es casi equivalente a derribarlo”, detalló.
El experto señala que las raíces no solo son esos troncos gruesos que vemos saliendo del suelo, también aquellas que son tan finas y que tienen el grueso de un cabello humano, por lo que muchas veces es difícil detectar que se ha dañado de esa forma al árbol.
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Ornelas ha observado en los últimos 10 años que las construcciones inmobiliarias han sido una de las principiantes causas del daño al arbolado, ya que, aunque en muchos casos aseguran que mantendrán el arbolado nativo, al hacer las excavaciones ya dañaron las raíces, y más tarde mueren o se caen los ejemplares.
“Las obras de construcción muchas veces se manifiesta como que no se va a dañar al arbolado, simplemente porque no se va a derribar el árbol, pero se les construye muy cerca de las raíces se compacta el suelo o se cambia de nivel se hacen corte o se vierten sustancias como concreto. Esos daños son equiparables a un corte, a que lo poden o derriben”, enfatizó.