Se identificaron a dos secuestradores, uno cuenta con una sentencia de 80 años, pero el otro, sigue sin condena
La desaparición, secuestro y asesinato de Jesús de la Rosa, un taxista de 81 años muy querido en la comunidad de Metlaltoyuca en el municipio de Francisco Z. Mena, sigue resonando, ya que hasta este 28 de agosto (ocho años después de lo sucedido), se llevó a cabo un juicio oral en el penal de San Miguel en contra de uno de los delincuentes.
Hasta el momento, ya se identificaron a dos secuestradores, uno cuenta con una sentencia de 80 años, pero el otro, sigue sin condena fija, incluso, su defensa se tuvo cambiar, ya que no tenía argumentos sólidos para su caso. La familia de Jesús sigue luchando para que se haga justicia y para que la memoria de este hombre reciba el respeto que se merece.
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¿Qué fue lo que ocurrió?. Jesús, era conocido por su amabilidad y dedicación al transporte, desapareció el 29 de mayo del 2016 en circunstancias que han marcado profundamente a su familia. Ese día, un hombre llegó a su casa solicitando un viaje hacia la comunidad de Guadalupe, sin embargo, al concretar el servicio jamás se le volvió a ver.
Al día siguiente, la familia recibió la noticia de que fue secuestrado. Los captores exigieron un rescate de 500 mil pesos y los amenazaron para que no hablaran con las autoridades. El hijo de Jesús logró reducir el rescate a 30 mil pesos y aunque el dinero fue entregado, no fue liberado.
Lo anterior información la compartió Leticia, la hija del señor Jesús, quien en entrevista con Merolico Informativo 🧿compartió que, ella tuvo que emprender su propia investigación y con la colaboración de las autoridades, descubrió que uno de los responsable fue ex instructor de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). A este hombre se le dictaron 80 años.
Con apoyo de la Fiscalía General del Estado de Puebla, su organismo dedicado a la desaparición de personas y autoridades de Veracruz, pudieron recuperar el cuerpo de Jesús hasta dos años después, pero no fue en las condiciones que esperaban, ya que estaba desmembrado. Leticia le hizo una misa y logró darle “cristiana sepultura”.
“Lo fui encontrando por partes, primero encontramos su craneo, luego su cuerpo, después hacía falta algunas otras piezas (…) solicité un médico forense, peritos y ellos me colocaron el cuerpo tal cual era y ahí es donde vimos que faltaban piezas (….) las autoridades me apoyaron para hacer una segunda búsqueda complementaria, el primer día no encontramos nada, pero el resto de los días hallamos 65 piezas más”, detalló.
Este 28 de agosto del 2024, se celebró un juicio oral en el penal de San Miguel, ya que uno de los involucrados, el que no tiene sentencia, quiere salir libre. Este hombre insiste en que él no fue, que no hizo nada y que estaba trabajando en su parcela cuando sucedieron los hechos.
“No coincidió lo que le preguntaba el abogado, al presunto involucrado y al testigo. El abogado desvarió y no dijo bien el testimonio de la persona acusada, por lógica destituyeron al abogado y ahora tiene cinco días el acusado para nombrar otra defensa. Ahora estamos en espera y no hay fecha para la siguiente audiencia”, informó.
Leticia dice que no bajará la guardia y seguirá en pie de lucha para que su padre tenga justicia. Considera que después de la segunda audiencia se logrará fortalecerá el caso, ya que cada ocho días se presentarán nuevos testigos hasta que llegue el juicio final. En la audiencia fue acuerpada por el Colectivo Paulina Camargo y la batucada feminista.
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“Emocionalmente me siento vulnerable, otras veces me siento cansada, pero no se me quitan las ganas de luchar porque esto no se merecía mi padre. Él fue muy querido en el pueblo y toda la región, incluso hubo manifestaciones de la comunidad en la presidencia para que se le hiciera justicia. Yo me siento cansada, pero no voy a parar”, concluyó.