Aprendió a raspar el maguey desde los 10 años de edad, aprendió de su papá y continuará con esta labor hasta que “se vaya de este mundo”
Faustino Morales Pérez desempeña el oficio de tlachiquero desde hace más de 60 años, una actividad que aprendió de su papá y ahora enseña la labor a sus hijos, lo que consideró como una herencia en su familia.
La experiencia y conocimientos del tlachiquero originario de Alpotzonga, municipio de Ixtacuixtla, formó parte de la “Segunda Semana de Saberes Ancestrales” que organizó la Facultad de Ciencias para el Desarrollo Humano de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UATx).
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En la conmemoración del Día del Abuelo, instituida cada 28 de agosto, Faustino Morales, quien tiene 79 años de edad, habló sobre el raspado del maguey y fermentación del pulque, actividad que aprendió cuando tenía 10 años de edad a cargo de su papá, labor que comenzó como una necesidad para obtener dinero, actualmente le tiene amor a su trabajo y lo dejará de hacer hasta que “se vaya de este mundo”.
En la sala magna “Raúl Jiménez Guillén” de la Facultad, el tlachiquero compartió que tiene cinco hijos, a quienes sostuvo de producir pulque en el Ranchito Los Morales, oficio que no es para hacerse millonario, pero brinda los recursos necesarios para comer y vivir adecuadamente.
Al recinto acudieron personas mayores para escuchar los saberes de Faustino Morales, quien desarrolló esta labor durante toda su vida y ha sido testigo de los cambios que ha sufrido la producción del pulque.
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Compartió que su padre, antes de producir pulque, le rezaba a un santo para encomendar su labor, pero ese ritual ya no se acostumbra, al menos en su familia, y sólo acuden al tinacal para la elaboración del néctar de los dioses.
Otro aspecto que se ha perdido en la producción es la presencia de burros para cargar las castañas, que eran un barril para trasladar el pulque, así que los animales eran un complemento en el trabajo, pero hoy ya no se utilizan, recordó.
El tlachiquero indicó que no hay secretos en la producción del pulque, sólo necesita un raspador y acocote para raspar el maguey y obtener el aguamiel, pero un aspecto fundamental es tener higiene para evitar que se “dañe” la bebida.
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Descartó el uso de la “muñeca” para preparar el néctar, pues mezclarlo con excremento impediría la producción del pulque, aunque es una bebida rústica, es muy delicada.
Negó que las mujeres tengan prohibido ingresar a los tinacales, pero dijo que tienen cuidados porque algunas utilizan personas o desodorantes con aromas muy intensos, los cuales pueden ser absorbidos en el proceso de fermentación que es cuando la bebida tiene “los poros abiertos” y eso afectaría el proceso.
Un dato que compartió y sorprendió a los asistentes es que el pulque no debe saber dulce, así que la bebida con sabor amargo es la mejor.
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“Tengo tres clasificaciones de calidad del pulque, la de mayor higiene y calidad es el mejor, su sabor es más amargo y el litro de pulque puede costar 50 pesos, pero hay gustos para todos y por eso están los otros tipos de pulque que puede ser mezclado con agua”, dijo.
Indicó que el pulque contiene muchas propiedades, como proteínas y lactobacilos, pero debe ser consumido con moderación.
SER TLACHIQUERO NO ES PARA TODOS
Faustino Morales compartió que ser tlachiquero no es para todos, pues algunos se pueden “enguixar” con el maguey y sentir comezón e irritación en la piel, como es el caso de su hijo Porfirio Morales Hernández, a quien no le sale el pulque y se ha dedicado a las ventas de la bebida.
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Compartió que el principal inconveniente que presentan en la producción son las condiciones climáticas, de mayo a diciembre pueden elaborar la bebida sin inconvenientes porque prevalece la humedad en los terrenos y los magueyes son productivos, pero en sequía aminora.
Un maguey nos puede brindar entre tres a cinco litros en buena temporada, pero en sequía la producción baja a la mitad y solo podemos obtener dos litros, no podemos abusar de los magueyes, comentó.
Respecto a los gusanos del maguey, compartió que los insectos que se apropian de la planta son una plaga mortal y deben fumigar.
El tiempo de vida productiva de un maguey es muy corta, dura entre tres y cinco meses, pero para llegar a este periodo deben esperar entre nueve y 10 años para que crezca la planta, reveló el tlachiquero Faustino Morales.