En Hidalgo cada año transitan más de 84 mil personas indocumentadas
En Hidalgo cada año transitan más de 84 mil personas indocumentadas caminan por el territorio estatal en busca del sueño americano, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), pero la mayoría padecen precariedad laboral y discriminación.
En un recorrido realizado por El Sol de Hidalgo, se constató que migrantes de distintas nacionalidades como guatemaltecos, hondureños, haitianos, salvadoreños y venezolanos trabajan de forma temporal en distintos establecimientos comerciales con ingresos económicos por debajo de los trabajadores mexicanos.
Juan, migrante venezolano que trabaja como mesero en un restaurante ubicado en la avenida Juárez de Pachuca, reconoció que no tiene un sueldo fijo, pues sus remuneraciones económicas las obtiene a través de las propinas que recibe de los comensales que acuden al establecimiento, por lo que sus ingresos pueden variar cada día dependiendo de la afluencia de personas.
Con más de dos meses de estancia en Pachuca, el migrante de 30 años de edad dijo que busca llegar a Estados Unidos, pero sin dinero suficiente para trasladarse decidió trabajar temporalmente en la capital del estado, donde trabaja como mesero para juntar dinero suficiente y acudir a la frontera norte, donde buscará cumplir su esperanza de una mejor vida.
Aproximadamente al día tiene ingresos económicos que oscilan entre los 250 y 300 pesos, ya que aunque tengan un buen día con una afluencia nutrida, deben repartir las ganancias económicas entre todos los meseros y en ocasiones ha sufrido algunos tratos descorteses por parte de los clientes que lo critican por su acento sudamericano.
Aunque en Caracas vivió durante la mayor parte de su vida, conforme avanzaron los años la situación económica se volvió más complicada y por ello decidió salir del país, incluso antes de la nueva reelección de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela, pero su travesía ha sido compleja, porque en Chiapas lo asaltaron y en la Ciudad de México le quitaron los pocos recursos económicos que había ahorrado para intentar llegar a la frontera con Estados Unidos, por lo que no le quedó otra opción que trabajar en Pachuca.
Aunque le gusta la capital del estado, tiene miedo de que en cualquier momento personal del Instituto Nacional de Migración (INM) lo detenga y deporte, por lo que trata de mantener un perfil bajo y por ello su trabajo como mesero le ha permitido sufragar sus gastos con otras personas que viven en condiciones similares.
Al igual que Juan, Carlos es otro migrante indocumentado que trabaja de forma temporal en Pachuca, pero es oriundo de El Salvador, donde, según dijo, la situación económica y de inseguridad no es como la muestran en la televisión, pues viven constantemente con el asedio del régimen y por ello decidió dejar a su familia para tratar de cruzar hacia la Unión Americana, donde prometió enviar la mayor parte de sus ganancias a sus familiares en San Salvador, donde consideró que hay una vida de terror instaurada por el gobierno Nayib Bukele.
Ahora Carlos se desempeña como franelero, en donde se gana entre 200 y 300 pesos al día con las “ayudas” que recibe de los automovilistas en el bulevar Nuevo Hidalgo, y aunque señaló que es temporal su labor, reconoció que le falta mucho dinero para poder continuar con su travesía hacia Estados Unidos.
Habita junto con otras tres personas una pequeña habitación en la colonia centro, donde pagan como pueden la renta, pero eso no le afecta tanto como el maltrato que recibe de algunos automovilistas que se burlan de su acento o de la manera en la que habla.
Radica en Pachuca desde hace tres meses y aunque es menos peligrosa que otras ciudades mexicanas que ha conocido, también teme a las extorsiones, porque en cualquier momento pueden arribar sujetos que pretendan quitarles todo el dinero que ha ganado en una jornada, pero espera que para el final del año pueda recaudar el dinero suficiente para continuar con su viaje.
Como estos dos casos, el Inegi ha documentado que el flujo de migrantes en el territorio estatal ha incrementado de forma sostenida en los últimos cuatro años, donde Hidalgo se ha convertido en un sitio temporal para quienes buscan cruzar hacia Estados Unidos.
Según datos del INM, en el primer semestre de este año se deportaron a más de 500 personas migrantes indocumentadas en el estado, que fueron trasladadas nuevamente a sus naciones de origen, quienes en su mayoría provenían de El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Honduras, República Dominacana, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Haití.
Los municipios con la mayor cantidad de personas detenidas por las autoridades migratorias fueron Atitalaquia, Huichapan y Tepetitlán, pero también se han extendido por municipios del centro del estado, principalmente entre varones.