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    Presa de Valsequillo se recupera tras sequías excepcionales en Puebla

    La presa recuperó 24.75 por ciento de su capacidad

    Un mes después de haber estado en su nivel más bajo de la última década en una temporada de estiaje, y en medio de la temporada de lluvias de este año, la Presa Manuel Ávila Camacho, mejor conocida como Valsequillo, recuperó 24.75 por ciento de su capacidad, al alcanzar un nivel de llenado de 65.48 por ciento, según datos de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA).

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    De acuerdo con Francisco Javier Sánchez Ruiz, profesor de la facultad de Ingeniería Ambiental y Desarrollo Sustentable de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), los principales factores que hicieron que se presentara el estiaje en la presa fueron la evaporación natural por las altas temperaturas en el estado y el retraso de las temporadas de lluvia.

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    Según el especialista, gracias a las precipitaciones recientes, el embalse, que está situado en el municipio de Puebla, ha aumentado en los últimos días. Pese a ello, la misma no se encuentra cerca de los niveles que presentan otras presas con características similares a las de Valsequillo en otras partes del país.

    Estamos muy por debajo de la media nacional, actualmente se tienen 258.4 hectómetros cúbicos (hm³) de agua que caen a diario, cuando, por ejemplo, en Chiapas esta cifra es de 8918 hm³ y en Jalisco están cayendo 4344 hm³. Los estados que sufren un estiaje similar a Puebla son San Luis Potosí, Colima, Tlaxcala y Querétaro, señala el académico, quien ostenta un el Doctorado en Ciencias en Ingeniería Química por la Universidad Michoacana de San Nicolás Hidalgo.

    En contraste, pese a que se recuperan los niveles de la represa, las actividades turísticas y comerciales que se desarrollan en los alrededores, especialmente en la junta auxiliar de San Baltazar Tetela, en el municipio de Puebla, no florecen debido a la creciente contaminación, pues aquí se concentran las aguas de algunos de los raudales con mayor polución del estado, el Atoyac y el Xochiac.

    CRECEN NIVELES TRAS ESTIAJE

    Los datos públicos presentados por la CONAGUA demuestran que el pasado 4 de junio dicho embalse contaba con un llenado de 122.455 hectómetros cúbicos (hm³) de agua, lo que representó 40.73 por ciento de su capacidad total. Este fue el peor nivel para una temporada de sequía en los últimos 10 años en Puebla.

    No obstante, el 13 de julio, que es la fecha de consulta más reciente disponible, la represa presentó 198.888 hm³ de almacenamiento. En contraste con lo registrado en junio pasado, el llenado de la presa subió del 40.73 por ciento al 65.48 por en tan solo seis semanas.

    Durante el mismo lapso de 39 días, pero del 2023, se pudo observar un patrón similar respecto a la disminución de los niveles, tanto de almacenamiento como de llenado, pero con incremento gradual a partir del mes siguiente.

    Por ejemplo, en junio de 2023 el embalse presentó niveles de almacenamiento de 122.753 hm³, por lo que su porcentaje de llenado se fijó en 40.82 por ciento. Pero para el mes siguiente ambos niveles aumentaron, aunque no se elevaron al mismo nivel que este año.

    En 2024 el nivel de llenado de la presa fue al menos 5 veces mayor en contraste con el mismo el año anterior, cuando el nivel no subió del 4.63 por ciento

    Para julio de 2023 el almacenamiento se encontraba en 136.668 hm³ y el llenado en un 45.45 por ciento. Este crecimiento representa un 4.63 por ciento en cuanto al llenado de la presa. A pesar de que el aumento es menor al año en curso, continúa siendo un patrón similar, aunque en menor proporción.

    A pesar de la recuperación que la presa ha tenido durante este periodo, quienes laboran y están en constante interacción con ella han puntualizado diferentes desafíos que les impiden desenvolverse de manera adecuada en sus tareas, señalando principalmente la contaminación.

    Cabe recordar que en junio pasado, de acuerdo al Monitor de Sequía de la CONAGUA, 100 por ciento de los municipios de Puebla, entre ellos la capital del estado, se ubicaron en algún grado de sequía. Aunado a lo anterior, por primera vez se presentaron eventos excepcionales, es decir, el nivel más alto de sequedad reportado por la autoridad federal.

    IMPORTANCIA DE LA PRESA

    La Presa de Valsequillo representa un pilar fundamental para el distrito de riego 030, que está conformado por 17 municipios: Atoyatempan, Cuapiaxtla, Huitziltepec, Molcaxac, Huixcolotla, Miahuatlán, Hueyotlipan, Tecali, Tecamachalco, Tehuacán, Tepanco de López, Tepeyahualco, Tlacotepec, Tlanepantla y Tochtepec.

    El líquido distribuido por el cuerpo de agua artificial no es apto para el consumo humano, debido a que su distribución proviene principalmente del agua de lluvia y el río Atoyac. A pesar de esto, los campos agrícolas del barrio de Tecamachalco son quienes se ven beneficiados por el flujo de este recurso utilizado para el riego de maíz, frijol, alfalfa, sorgo y chile.

    Sin embargo, la utilización de este líquido para el riego puede resultar perjudicial para la salud de quienes consumen dichos alimentos, como lo apunta Sánchez: “Estudios realizados por investigadores de aquí, de la UPAEP, han establecido que, básicamente, muchos de los contaminantes pueden ser transmitidos o pueden ser vectores por bioacumulación, ya sea en plantas o en animales. Entonces, no es recomendable que esta agua se utilice para riego porque se puede convertir en un riesgo para la salud pública por los contaminantes que pueda tener presentes”.

    De acuerdo con Juan Amatejo Pérez, trabajador de un puesto de comida en la zona de La Panga y residente de la junta auxiliar de San Baltazar Tetela, en la actualidad ya no hay individuos de la zona que se dediquen a las actividades del campo.

    Ya no hay. Hace años sí, vamos a hablar de hace 30 o 40 años sí había mucho señor que se dedicaba al campo, ahora si ya no, las mismas generaciones se dedican a otro tipo de trabajo, vamos a hablar, se dedican a la gastronomía, albañilería, herrería, pero al campo ya casi no. En los pueblos de ese lado sí (refiriéndose al lado opuesto de la presa), por acá ya no. Acá ya no ocupan el agua, relata.

    CONTAMINACIÓN EN EL EMBALSE CONTRARRESTA CRECIMIENTO DE NIVELES

    “Hasta el momento, todo mundo se supone que había hecho un plan de trabajo, y muchas propuestas, diciendo que se iba a remediar esta presa. Pero en realidad no es algo que se pueda, es muy complejo y es muy difícil porque está muy contaminada”, expone Sánchez.

    Uno de los principales impedimentos es que las fuentes primarias que alimentan a la presa seguirán estando contaminadas, por lo que sería un proceso que requeriría la intervención de muchos sectores, y la mejoría de una infraestructura muy amplia.

    El enfoque que plantea Sánchez, y que considera que sería más adecuado aplicar, es convertir la contaminación contenida dentro del agua de la presa de contaminación antropogénica en autótrofa. Es decir, que sea causada por organismos naturales y no por actividades humanas, para lo que se tiene que detener la contaminación proveniente de las fuentes que desembocan en el embalse.

    Un desafío adicional a la contaminación es la presencia de lirio (planta que crece en el agua), que ha incrementado en los últimos años y es un problema constante para los trabajadores de la zona, “El lirio no se acaba, el lirio siempre ha existido, se necesita que ahora sí que se dediquen a quitarlo, pero para que lo quiten esta difícil, esta grande imagínense toda la presa que es un círculo pues esta grande”, señala Pérez.

    Para atacar este problema los trabajadores de la embarcación cuentan con diferentes técnicas que los ayudan a despejar el camino, entre ellas, una persona en lancha que lo mueve de manera manual, y a bordo de la Panca cuentan con una herramienta para removerlo cuando llega y se va. A pesar de sus intentos por contrarrestarlo, el mes pasado uno de los cables que utilizaban para mover la embarcación se rompió a causa de esta planta y el transporte estuvo sin servicio.

    LA POLUCIÓN IMPIDE EL PROGRESO PARA LOS LOCALES

    Quienes realizan sus actividades en las inmediaciones de la presa se vieron afectados en diferentes modos por el estiaje del mes pasado, a pesar de su lenta recuperación su mayor obstáculo sigue siendo la contaminación de la zona y el lirio (planta acuática que crece en las orillas del cuerpo acuífero).

    Sin embargo, quienes maniobran La Panga, una embarcación utilizada para trasladar vehículos de San Baltazar Tetela a la junta auxiliar de Los Ángeles Tetela, se vieron afectados por los bajos niveles de agua el mes pasado.

    Tuvimos que bajar La Panga, tuvimos que bajar rampas y pues eso nos afecta más a nosotros, nos tardamos más en hacer el servicio, narra Fernando, un joven de 19 años que ayuda a maniobrar la embarcación.

    Por otra parte, habitantes de la zona, participantes del sondeo realizado por este diario, recuerdan con nostalgia los tiempos en los que la presa estaba completamente limpia y se podían realizar actividades recreativas dentro de la misma.

    Los pobladores recuerdan que hace más de tres décadas el agua de la presa era cristalina, se podía nadar dentro de ella, incluso beberla y realizar actividades económicas relacionadas con la pesca. Todas estas tareas son ahora imposibles debido a los altos índices de contaminación y residuos dañinos en la presa.

    “Imagínese que esté limpio, totalmente, yo pienso que toda la comunidad y todos los que vienen de visita pues sería un lugar más hermoso, más bonito, más turístico, porque ya estaría limpia toda el agua. Habría no sé, más negocios, habría en el agua más señores con sus lanchas para viajes, se meterían a nadar, pero eso le toca ahora si al gobierno, pero lamentablemente se olvidan”, concluye Pérez.

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