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    Sierra Nevada: La juventud al rescate de los bosques en Huejotzingo

    Este grupo, cuyos integrantes no superan los 27 años de edad, organizó un plan de reforestación en una de las zonas más afectadas por incendios y la tala ilegal

    Con palas, picos, carretillas, botas y sombreros empolvados, jóvenes de la junta auxiliar de Santa María Atexcac, en Huejotzingo, encabezan lo que algunos llaman la nueva resistencia ambiental del municipio. Este grupo, cuyos integrantes no superan los 27 años de edad, organizó un plan de reforestación en una de las zonas más afectadas por incendios y la tala ilegal. Con apoyo de colectas y voluntarios, así como el respaldo de pequeñas y medianas empresas locales, los jóvenes se encuentran próximos a su meta de obtener más de 20 mil árboles endémicos, que serán usados para restituir 2.5 hectáreas de terreno afectado.

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    Al interior de Santa María Atexcac, una comunidad de aproximadamente 3 mil habitantes, Reynaldo Mestre, un joven que ha seguido los pasos de su familia y se dedica a la apicultura, explica que la iniciativa de reforestar el lastimado suelo boscoso surgió este año, luego de enfrentar uno de los incendios más agresivos de los últimos años, así como la predominante tala desmedida y la transformación de uso de suelo en la montaña, situación que además ha propiciado el desplazamiento de fauna.

    “Nuestro proyecto surge por la preocupación de la situación de deforestación en todo México, pero enfocado en nuestra comunidad de Santa María Atexcac. Esta es una área muy importante para la comunidad, porque del Río Hueyapan nos abastecemos (de agua) la mayoría de la parte de la comunidad”, explica el joven de 27 años de edad.

    De acuerdo con la plataforma Global Forest Watch (GFW), reconocida mundialmente por el monitoreo de zonas en deforestación, el municipio de Huejotzingo tiene baja superficie forestal, esto en comparación con otros lugares de la región Izta-Popo. Lo anterior debido a que, hasta 2010, había 81 hectáreas de área verde, que representa 0.89 por ciento de la superficie total del municipio.

    A nivel global se conmemora el Día Mundial del Árbol este 28 de junio.

    Surge el proyecto

    La iniciativa de organizar a los habitantes de Santa María Atexcac en torno a la restauración forestal surgió a partir del contexto actual que vive Huejotzingo, pero también el resto del país, donde los recursos naturales se encuentran al acecho de quienes se dedican a la sobreexplotación de los mismos, así como el propio calentamiento global.

    En esta comunidad poblana, la supervivencia de los bosques es de vital importancia para los pobladores. Mestre explica que la superficie forestal funciona como área de infiltración hídrica que contribuye a que sobreviva el arroyo Hueyapan, uno de los pocos cuerpos hídricos de la zona que no se encuentran inmersos en la contaminación, y uno de los tantos que ha reducido su caudal recientemente.

    Según el joven, aunque no es un tema nuevo, en las últimas dos décadas se agudizó la tala desmedida en la zona frente a la falta de vigilancia forestal. Enfatiza que este efecto, conocido como “desmonte”, ocurre a partir de la transformación del uso de suelo, y su finalidad es obtener espacio fértil para los cultivos, muchos de los cuales ni siquiera son endémicos de la zona; además de conseguir madera para venderla como leña, entre otros usos.

    “Mi abuelito me cuenta cómo era antes Atexcac. Era una zona llena de bosques que, por diferentes situaciones que se fueron dando en la en la comunidad, poco a poco se ha ido deteriorando, sobre todo por el aprovechamiento intensivo de la agricultura. Mucho del campo aquí que antes era bosque, pero se ha convertido en campos de cultivo”, relata.

    En ese sentido, la degradación de la superficie forestal no sólo impacta en los servicios ecosistémicos de la zona, sino que también reduce la cantidad de espacios verdes a los que por mucho tiempo la población ha tenido acceso para llevar a cabo actividades recreativas.

    El joven apicultor señala que la intención de realizar acciones para revertir los daños ecológicos empezó hace tres años. Aunque consiguieron apoyos de autoridades locales para emprender algunos proyectos, la falta de recursos y experiencia, así como el cuidado de sus actividades individuales, les impidió dar continuidad a la estrategia.

    Sin embargo, tras el aprendizaje obtenido en ese momento, y luego de presenciar el voraz incendio de abril pasado en la parte alta de la montaña, el grupo de jóvenes organizó un plan de acción para evitar que la deforestación avanzara sin una alternativa de restauración ecológica.

    Mediante la organización de otros jóvenes, el grupo, denominado como Sierra Nevada, busca obtener los recursos necesarios para adquirir un total de 3 mil árboles identificados como especies nativas por biólogos consultados por los activistas.

    “Aquí pasó un incendio, y esa es nuestra razón de la reforestación. Hace como un mes vino el fuego y abarcó desde la comunidad y terminó acá. Cuando llegó a estas zonas, mi papá y yo venimos a tratar de apagarlo, pero entre dos personas no se hizo mucho, tratamos de controlarlo, y como era tarde no pudimos mover a la gente, (…) Como en esas fechas no había llovido, estaba muy seco, y se mantuvo el área muy caliente y en cenizas”, cuenta Mestre.

    En la actualidad, la iniciativa se popularizó a través de redes sociales, pues los jóvenes lanzaron un video donde se evidenció la degradación forestal, y se explicó la importancia de mantener con vida dicho espacio.

    Debido a ello, varias personas, tanto de Santa María Atexcac como de la cabecera municipal de Huejotzingo, entre ellas propietarios de negocios locales, se han sumado en los últimos días para lograr el objetivo de comprar la totalidad de ejemplares requeridos para reforestar las 2.6 hectáreas.

    Según Mestre, la reforestación, que está prevista a realizarse en julio, una vez que la temporada de lluvia se encuentre vigente, no es el único paso para restituir los daños hechos al ecosistema. Por ese motivo reconoce que el movimiento que inició junto a sus amigos y vecinos deberá seguir vigente, pues la finalidad es también incidir en la idiosincrasia de la población, para concientizar a la comunidad sobre los riesgos que tiene la devastación natural.

    En ese sentido, resalta que uno de los compromisos hechos por él es darle seguimiento a la reforestación, es decir, cuidar de los ejemplares hasta que crezcan y se reintegren a los servicios ecosistémicos del lugar.

    “El reto es que la gente vea que tenemos credibilidad, y debemos contar con el respaldo de la población. Es muy importante que más gente de Santa María Atexcac se sume, porque no sirve de nada que vengamos y reforestemos, y de nuevo la comunidad venga a destruir. Con esto también queremos dar el mensaje de que la comunidad se tiene que sumar para que haya un cambio a futuro, porque estos proyectos son a futuro, no podemos esperar que un árbol crezca en unos meses, hay que darle seguimiento”, apunta.

    Deforestación en Atexcac

    Con las botas enlodadas y el rostro empolvado, Erick Ortega explica que la presencia de talamontes en la región se incrementó en los últimos años. Sostiene que el grupo de jóvenes ha buscado inclusive entablar diálogo con las personas que causan la devastación forestal, no obstante, la negativa, y hasta la intimidación, se hace presente durante cada ocasión.

    A sus 24 años de edad, Erick, quien se dedica a la elaboración de chocolates en Huejotzingo, señala que ha enfrentado cara a cara a algunas personas dedicadas al cambio irregular de uso de suelo en la zona. Y aunque explica que en la actualidad no se ha suscitado un enfrentamiento considerable entre ambos grupos, afirma que el riesgo es latente cada día.

    “Somos conscientes que a corto o largo plazo nos vamos a tener que aventar problemas con este tipo de personas que buscan ganancia en el ecosistema sin tener responsabilidad. Somos conscientes que tarde o temprano vamos a enfrentarnos con esas personas, pero pues es un compromiso que nos decidimos aventar y tenemos que hacerlo”, reconoce.

    El joven sostiene que mucha de esta gente se rehúsa a reconocer que la deforestación es un problema con consecuencias dañinas para el ecosistema y la propia población.

    Por otra parte, Ortega detalla que el presupuesto para la adquisición de los tres millares de árboles es de 27 mil 050 pesos. Esta es la cantidad que el grupo se propuso a recolectar durante este tiempo, misma que está próxima a cumplirse para garantizar la reforestación en julio próximo, enfatiza el activista.

    Aunado a lo anterior, detalla que la selección de especies y ejemplares se dio a partir del análisis hecho por personal especializado en la materia. Afirma que la finalidad de la actividad es restituir los daños a la biodiversidad mediante la integración de flora nativa, pues al colocar grupos vegetales de otro tipo las afectaciones pueden ser mayores, inclusive para la fauna.

    “No podemos meter plantas o especies invasoras, porque existe el riesgo de que haya un desplazamiento de flora y fauna, entonces, logramos encontrar un proveedor que nos puede proporcionar los árboles endémicos”, argumenta.

    En ese sentido, Ortega explica que, si bien la reforestación es organizada por jóvenes, el objetivo de la iniciativa es incluir a todos los sectores de la población, sobre todo para socializar la problemática y ofrecer soluciones desde la colectividad. Al proyecto se han sumado personas de todas las edades, así como de todas las ocupaciones y profesiones. De hecho, una gran cantidad de empresas locales se unieron con recursos económicos y apoyo físico.

    Para conseguir rápidamente su objetivo, los jóvenes organizaron diversas actividades, como rifas, conciertos y eventos culturales, esto con el objetivo de recaudar fondos para acelerar la colecta.

    “Optamos por involucrar más a la sociedad. Esta reforestación se está haciendo únicamente con recursos que la sociedad, marcas locales y negocios del municipio están aportando, porque queremos ver qué tan comprometida está la sociedad con el cuidado del medio ambiente. Afortunadamente hemos tenido buenas respuestas, tanto de personas como de negocios que se quieren sumar (…) Nos agrada que la gente quiera ponerse la camiseta para reforestar”, afirma Ortega.

    Además, gracias a la confianza otorgada al grupo por parte de algunas marcas locales, negocios como gimnasios, restaurantes y tiendas se han unido con descuentos y promociones para los clientes que donen recursos a la causa, o bien se ofrezcan como voluntarios.

    El anhelo de este grupo de jóvenes interesados en recuperar los espacios verdes de Huejotzingo es restituir otras áreas forestales dañadas del municipio.

    Residuos sólidos, una segunda amenaza

    Otra de las problemáticas que atentan contra la protección del bosque es la contaminación con residuos sólidos, muchos de los cuales son vertidos por turistas y habitantes de la población que encuentran en este lugar el sitio perfecto para deshacerse de su basura electrónica, apunta Rigoberto Flores, integrante de Sierra Nevada y poblador de Santa María Atexcac.

    “Aquí tenemos pequeños humedales que abastecen el cauce del río (…) y precisamente por eso se está haciendo esta campaña de reforestación, para mejorar la cobertura forestal y así lograr que estos humedales no se pierdan, porque son los que abastecen a la comunidad para el servicio de agua potable, no solamente de Santa María Atexcac, sino también del municipio de Domingo Arenas”, detalla el activista.

    Según relata a El Sol de Puebla, muchos de los visitantes que acuden a este paraje son poco responsables sobre el manejo de sus residuos.

    Además, explica que, frente a ese contexto, el grupo de jóvenes se articuló para realizar varias jornadas de limpieza y preparación del suelo para colocar los árboles a reforestar. Durante ese proceso, sin embargo, levantaron varios kilos de basura doméstica, sobre todo plásticos y derivados del papel, así como televisores, monitores, teclados, circuitos y hasta baterías.

    “Ha sido un reto, pues no somos conscientes del impacto que causa dejar una envoltura de algún producto, o dejar un vaso porque me tomé un refresco. Pensamos que no es motivo de contaminación, cuando en realidad está obstruyendo la salida de agua del humedal”, reconoce Flores.

    Ante ello, espera que una vez concluida la primera etapa de reforestación, el grupo de activistas pueda trabajar en la colocación de señalética, así como en la organización de brigadas para realizar limpiezas constantes a las zonas boscosas.

    El poder de la resistencia

    Influenciado por el legado de Homero González, defensor de la Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca, en el estado de Michoacán, quien falleció luego de haber desaparecido en 2020, Víctor Saloma, de 22 años de edad, comparte que la devastación del bosque de Huejotzingo lo motivó a unirse al proyecto de reforestación de Sierra Nevada.

    “Para mí Homero Gónzalez se convirtió en un símbolo de lucha y resistencia (…) Por eso, cuando vi lo que estaba pasando con el incendio forestal tomé la decisión de apoyar lo más posible al pueblo. No es muy difícil hacerlo, simplemente es tomar acción, venir, tomar una pala, hacer senderos, separar la basura y concientizar a los vecinos”, comenta Saloma.

    En entrevista, el joven señala que actualmente no puede existir indiferencia ante temas coyunturales, como el cambio climático, pues de ellos depende la subsistencia de los ecosistemas y de las propias generaciones futuras.

    “Este monte me ha traído paz (….) y hoy verlo devastado me hace sentir mal, pues me hace saber que la sociedad prácticamente está dándole la espalda a nuestra fauna, que nuestra misma población está cayendo en un régimen de ego en el cual solo le interesa el bienestar propio”, opina.

    Desde su perspectiva, la paulatina destrucción de la superficie forestal en Santa María Atexcac no debe ignorarse por la comunidad, pues el espacio ha sido testigo de la evolución del pueblo y de las adversidades que ha tenido a lo largo de la historia, entre otros momentos.

    “En esta resistencia estamos preparados. Nos estamos alistando, y estamos formando las tropas, por así decirlo, estamos empezando a alzar la voz, y estamos empezando a hacer una causa noble (…) Hay que ser proactivos (…) tomemos acción, tomemos cartas en el asunto. No podemos dejar pasar 10 años y decir, ‘chale, lo hubiera hecho cuando’, ya pasaron 10 años. Es simplemente tomar acción”, declara Saloma.

    Pese a que la búsqueda de apoyo entre la comunidad no ha sido tarea fácil, especialmente por las burlas y la descalificación de algunos pobladores, Víctor enfatiza que su voluntad de sumar esfuerzos para aminorar la agonía de la montaña es más fuerte que cualquier obstáculo.

    “Hemos recibido muchas burlas, como siempre, burlas; pero la gente que realmente se interesa ha tenido muy buena respuesta. Hemos tenido campañas de recolección de fondos y la gente se ha sumado muy bien”, externa.

    Desde su perspectiva, el municipio de Huejotzingo se ha convertido, en apariencia, en un sitio con menor respeto a la flora y fauna, pues no sólo la deforestación y la contaminación de los ríos y arroyos se ha intensificado en los últimos años, sino también el maltrato animal, por ejemplo. Por si esto fuera poco, el joven detecta que otras personas de su edad se vuelven presas fáciles de la drogadicción, razón por la cual ve con urgencia que este sector de la población se una “a la resistencia ecológica del municipio”.

    La comunidad unida

    Para Itziú Cárdenas, originario de la Ciudad de México pero residente de San Andrés Cholula, la preparación y limpieza del sitio a reforestar se convirtió en un espacio para socializar la protección ambiental, pero también para generar vínculos comunitarios.

    Explica que uno de los aspectos más emocionantes del proyecto es observar cómo adultos e infantes por igual se unen en torno a la recuperación de las áreas verdes. Señala que, aunque muchas personas no pueden contribuir de forma financiera, muchas otras lo hacen a través del voluntariado.

    “La semana pasada éramos unas 50 personas y había desde papás que venían con sus hijos, hasta personas de la tercera edad (…) Me da mucho gusto que haya padres de familia que están enseñándole a sus hijos, a las nuevas generaciones, pues lo que estamos nosotros planeando es para ellos precisamente”, refiere Cárdenas.

    Cárdenas explica que la reforestación está planificada para llevarse a cabo en la primera quincena de julio. Sin embargo, antes de esa fecha es necesario que se tenga el terreno listo para la colocación de los ejemplares arbóreos.

    “Hemos hecho la limpieza de ríos y hemos recolectado basura, también hemos sacado cantidad de cosas increíbles, y ya estamos preparados para la siguiente fase, que es preparar el terreno para posteriormente hacer la plantación de nuevos árboles y reforestar”, cuenta.

    Apoyo de empresarios

    Por último, la respuesta de los empresarios locales ante la iniciativa ha sido favorable, pues los jóvenes encontraron la forma de socializar la crisis que representa la deforestación para las actividades económicas del municipio.

    Carmen Serrano y José Manuel Fernández son propietarios de la compañía de sidra Doranna. Para que su negocio siga creciendo, la producción de manzana debe seguir a flote. Esto, sin embargo, depende enteramente de la suficiencia hídrica del municipio, la cual, es garantizada por la subsistencia de superficie forestal, pues ésta funciona como sitios de infiltración.

    Según Fernández, la protección ambiental tiene trascendencia económica y social, sin embargo, considera que en la comunidad todavía no se tiene noción de la importancia de cuidar los ecosistemas.

    Al respecto, Serrano explica que la iniciativa reforestación emprendida por los jóvenes de Huejotzingo no fue tomada en cuenta por la población al inicio. Sin embargo, sostiene que decidieron confiar en el proyecto debido a que lograron convencerlos con la organización de la actividad, así como con la voluntad que demostró la juventud ante la situación, pues, desde su perspectiva, Sierra Nevada representa la resistencia ecológica de la comunidad.

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