Aunque se dará el aumento en la esperanza de vida, las personas pasarán más años luchando contra afecciones como la presión arterial alta y la obesidad
Científicos encontraron que, para el 2050, la esperanza de vida de las personas aumentará hasta cinco años, lo que beneficiará especialmente a los países que actualmente tienen una esperanza de vida más baja.
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De acuerdo con un estudio sobre la carga global de enfermedades (GBD), realizado en 2021, pero con los resultados publicados este 17 de mayo, esta tendencia se encuentra impulsada por las medidas de salud pública que previnieron y mejoraron las tasas de supervivencia de enfermedades cardiovasculares, así como de otras como Covid-19, otras enfermedades transmisibles, e incluso aquellas que son maternas, neonatales y nutricionales.
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Con esto, se prevé que la esperanza de vida mundial aumente de 73.6 años en 2022 a los 78.1 años en el 2050, es decir, un aumento de 4.5 años. Mientras que, la vida de esperanza saludable a nivel mundial (HALE, por sus siglas en inglés), con la que se identifica a los años que una persona puede vivir con buena salud aumentará 2.6 años más al pasar de los 64.8 años en 2022 a los 67.4 años en el 2050.
En la cuestión por género, se espera que la esperanza de vida aumente de los 71.1 a los 76 años para el caso de los hombres y de los 76.2 a los 80.5 años para las mujeres.
“Además de un aumento en la esperanza de vida en general, hemos descubierto que la disparidad en la esperanza de vida ente geografías disminuirá. Este es un indicador de que, si bien las desigualdades en salud entre las regiones de ingresos más altos y más bajos se mantendrán, las brechas se están reduciendo y se anticipan los mayores aumentos en el África subsahariana”, comentó el doctor Chris Murray, catedrático de Ciencias Métricas de la Salud de la Universidad de Washington y director del Instituto de Métricas de la Salud y Evaluación (IHME).
Si bien los datos apuntan a que se contribuirá a una convergencia en el aumento en la esperanza de vida en todas las geografías del planeta, los científicos señalaron que es una gran oportunidad para acelerar la reducción de la carga mundial de morbilidad por medio de intervenciones políticas destinadas a prevenir y mitigar los factores de riesgo metabólicos y conductuales.
Personas vivirán más, pero enfrentarán mayor tiempo complicaciones de salud
En cuanto a otros de los puntos identificados por el estudio, se espera que las personas vivan una mayor cantidad de tiempo, pero con más años con mala salud.
Al respecto, se espera que la obesidad, presión arterial alta, una dieta no óptima y el tabaquismo tengan un mayor impacto en la carga de morbilidad para la siguiente generación.
El cambio actual en la carga de morbilidad pasa de aquellas enfermedades transmisibles, maternas, neonatales y nutricionales, a aquellas enfermedades que no son transmisibles como son las enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedades pulmonar obstructiva crónica y diabetes.
Factores de riesgo metabólico como los niveles altos de azúcar en la sangre, el índice de masa corporal alto y la presión arterial alta han provocado que, desde el año 2000 se estime que las personas pierden cerca del 49.4 por ciento del número total de sus años de vida atendiendo alguna de estas enfermedades.
“Tenemos una inmensa oportunidad por delante para influir en el futuro de la salud global adelantándonos a estos crecientes factores de riesgo metabólicos y dietéticos, particularmente aquellos relacionados con factores de comportamiento y estilo de vida como niveles altos de azúcar en sangre, índice de masa corporal alto y presión arterial alta”, indicó Chris Murray.
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Dentro de las conclusiones del estudio, también apunta a que el crecimiento demográfico se desacelerará considerablemente rumbo al 2050 a nivel mundial, pero no dejará de ser alto en algunas de las regiones más pobres del mundo, en especial en regiones como la África subsahariana, donde el pronóstico es que su población aumente más del 80 por ciento entre 2022 a 2050.